1. Muchacho joven.
Si nos falta alguien para jugar, se lo decimos a algún pollo que haya por allí por la pista. Siempre hay gente.
2. Saliva escupida.
Le echó un pollo en toda la cara y, lógicamente, el otro se tiró para él hasta que se lió gorda.
Montar un pollo: Armar un escándalo.
Montamos el pollo en la última verbena del barrio, ¿verdad? Habrá que repetirlo.